Según la Ley Agrícola de 2018, el THCA es legal si se deriva del cáñamo y si el producto contiene menos del 0,3 % de delta-9 THC en peso seco. Sin embargo, algunos estados interpretan esto de forma diferente. Consulte siempre las leyes locales.

El THCA no es psicoactivo hasta que se calienta. Una vez descarboxilado (al fumarlo, vapearlo o cocinarlo), se convierte en THC, que es psicoactivo.

El THCA (ácido tetrahidrocannabinólico) es un cannabinoide no psicoactivo presente en el cannabis crudo. Al consumirse por vía oral en su forma natural, sin calentar, como en batidos, gomitas, cápsulas, tinturas o jugo de flor, se mantiene en su estado ácido y no produce intoxicación.

Sin embargo, cuando el THCA se expone al calor al fumarlo, vapearlo o cocinarlo a temperaturas suficientes, sufre una descarboxilación, un proceso químico que lo convierte en THC, el compuesto responsable de los efectos psicoactivos típicamente asociados con el cannabis.

Esta distinción clave hace que el THCA sea una opción atractiva para las personas que buscan posibles beneficios terapéuticos sin experimentar euforia o efectos psicoactivos, a menos que se descarboxile intencionalmente mediante métodos como calentar, vapear o fumar, que lo convierten en THC activo.

Depende de tu objetivo. Para una experiencia no psicoactiva, prueba el THCA puro en batidos o tinturas. Para un efecto psicoactivo, caliéntalo fumándolo, vapeándolo o horneándolo.

Por supuesto. Cada variedad incluye un Certificado de Análisis (COA) emitido por un laboratorio externo con certificación ISO. Analizamos su potencia, contenido de terpenos y contaminantes.